jueves, 26 de julio de 2012

Introducción al Feng Shui

El Feng Shui es una disciplina china que trata de aplicar la filosofía taoísta para mejorar la calidad de vida. Esta disciplina influye enormemente en el estilo de decoración que se ha llamado, precisamente, Feng Shui.

Cuadro del significado de los colores. Fuente: Internet.
Este estilo oriental es, al fin y al cabo, una guía para analizar y corregir las energías que atraviesan nuestro hogar. Su objetivo es que el chi o aliento vital fluya sin obstáculos por nuestra casa, además de contrarrestar o eliminar el chi negativo. Para ello, modifica tanto la colocación de los muebles como la propia decoración en su conjunto.


Son cinco los elementos en los que se basa el Feng Shui: agua, madera, fuego, tierra y metal. Basándose en estos elementos, emplea los colores y formas asociados con ellos para fomentar la protección, el equilibrio y el movimiento, siempre atendiendo a las necesidades del dueño del hogar. 

Los elementos. Fuente: Internet
Para el Feng Shui todo está conectado y, por ello, el entorno en el que vivimos nos afecta tanto físicamente como mentalmente. Ésta disciplina nos enseña así a ser conscientes de lo que nos rodea y a cuidar de nuestro hogar para poder ser conscientes de nuestras vidas y poder cuidar de ellas de la misma forma.




Los expertos en decoración Feng Shui nos indican que los resultados de este estilo decorativo pueden variar. Los cambios positivos que hayamos realizado pueden tener una influencia inmediata o tardar varios meses en hacerse efectivos y subrayan que aunque pueda mejorar nuestra calidad de vida, no es la panacea; porque además de la decoración existen muchos otros factores que alteran nuestro cuerpo y nuestra mente como la actitud ante la vida, la personalidad, la astrología... 





Pero si mantenemos una mentalidad abierta, explican, y nos deshacemos de actitudes de resistencia por temor a lo desconocido, los resultados de ésta disciplina serán mayores. Y es que el factor primordial en el Feng Shui es la propia persona. 


miércoles, 18 de julio de 2012

Estilo romantico


El estilo romántico busca, sobre todo, crear un clima cálido, confortable, apacible y acogedor en nuestro hogar. Para ello se inspira en el pasado, aunque con un ligero toque actual gracias a los estampados y complementos contemporáneos.

El romanticismo en la decoración emplea, sobre todo, tonos claros que combina con flores, rayas y colores neutros. Todo ello lo podemos encontrar tanto en las paredes como en los tapizados de los sillones, las cortinas...


Las telas que se emplean también son muy diversas, encontrándonos desde la seda hasta el algodón.

El estilo romántico se basa en la elegancia en todos sus aspectos, de ahí que se cuiden los detalles en los muebles, paredes y objetos decorativos. Asimismo, las molduras son delicadas y prominentes, los zócalos son anchos y las cortinas suelen estar ribeteadas.

El romanticismo no pasa de moda y periódicamente, además, vuelve con fuerza como lo está haciendo en la actualidad.

Los colores románticos

Podemos aplicar gran variedad de tonos para crear un ambiente romántico, aunque sin olvidarnos que debe ir en consonancia con los objetos decorativos que vamos a emplear. Los más empleados son el blanco, el beige, el marfil o el rosa claro, aunque cualquier tono pastel también es recomendable. En resumen, colores cálidos y tonos neutros. 



Además de pintar, existe la opción de utilizar papel pintado, preferiblemente con estampados floreados. Y si la presencia de la madera es importante, caso de vigas o columnas por ejemplo, ésta debe ser lo más clara posible o aparecer pintadas en tonos neutros y cálidos.

El romanticismo de los complementos


   

Los complementos cobran gran importancia en el estilo romántico. Un claro ejemplo son los dormitorios, en los que se utilizan los doseles en las camas o incluso se recubre alguna de las paredes con tela. A la hora de decorar tu salón emplea velas y flores que ayuden a reforzar el ambiente romántico en tus cenas.

A la hora de iluminar tu hogar, emplea una iluminación suave y semidifusa mediante las lámparas y apliques.

No te olvides tampoco de adquirir objetos decorativos de porcelana y de emplear la tela en abundancia en elementos como los cojines, cortinas o las pantallas de las lámparas.


sábado, 14 de julio de 2012

Trucos para elegir el mejor color para tu pared

Antes de elegir el color de las paredes de nuestro hogar deberemos fijarnos en tres aspectos importantes: los colores del ambiente, la orientación de la vivienda y la luz natural que entra a nuestras estancias.

Carta de colores PANT.
Empecemos por la última, que además es la más importante, la luz natural. Dependiendo de la cantidad de luz que entre en cada estancia, optaremos por una gama de colores más clara o más oscura. Cuanto mayor sea el caudal de luz natural, más podremos jugar con colores vivos y fuertes.


La orientación de la vivienda, aunque pueda parecer que no es importante a la hora de elegir el color que le vamos a dar a nuestra estancia, es otro punto a tener en cuenta, ya que nos puede limitar a la hora de elegir los colores. Si nuestro hogar está orientado hacia el Sur, podremos utilizar colores más atrevidos como los azules, verdes, morados... Pero si la orientación es Norte, los colores más apropiados serán los beige, marrones, tierras, blancos rotos... La orientación de nuestro hogar tiene una relación directa con la luz natural, ya que el sol siempre gira de la misma manera y la luz que él nos da entrará más o menos dependiendo de la orientación.

En este caso se ha realizado con dos colores morado y verde pistacho
alternándolos en diferentes paredes.

El tamaño de las estancias también influye a la hora de elegir los colores. En los ambientes amplios como el salón se pueden usar tonos oscuros como los de tierra o rojizos, ya que estos colores dan calidez a la estancia y resultan más acogedores. Pero para ello el salón ha de ser grande y tener mucha luz, tanto artificial como natural, puesto que los colores oscuros reducen el tamaño de la estancia. Antes de utilizar un color oscuro deberemos cerciorarnos de que es el más apropiado ya que, una vez aplicado, si queremos utilizar uno más claro, nos veremos obligados a utilizar varias capas para poder tapar el primero que dimos.

A la hora de pintar un dormitorio, el tono más apropiado es el pastel. El color más de moda hoy en día es el azul en sus diferentes gamas. Al ser un color que se asocia con la inmensidad del mar, produce una sensación de relax que combina muy bien con una estancia que se emplea para descansar. También se suele utilizar el blanco porque da sensación de tranquilidad y cede el protagonismo a la decoración al destacar los muebles, cortinas y detalles. Ambos tonos son ideales en estancias oscuras porque le otorgan amplitud y pureza.

En el caso de los cuartos de baño, al igual que en el resto de la casa, deberemos tener en cuenta nuestros gustos y el estilo decorativo que vamos a emplear antes de elegir un color. El color más utilizado es el blanco puro porque ofrece sensación de pureza y limpieza. Es muy apropiado en baños pequeños y con poca luz natural porque agranda visualmente la estancia. De ahí que mucha gente se decante por él para los azulejos, lavabo... Otra de las ventajas del color blanco es que combina muy bien con cualquier color.
Imagen antes de repintar
Imagen después de repintar

Si queremos emplear algún tono algo más original, podemos comenzar por unos tonos neutros porque son fáciles de combinar y quedan muy bien en cualquier estilo decorativo. Pero si preferimos que el espacio nos aporte frescura y vitalidad, lo mejor es emplear el color verde. Es un tono muy relacionado con la naturaleza y por ello nos ofrece una sensación de relax y frescura. Además, es muy fácil de integrar y se puede emplear tanto en los azulejos como en los diferentes ornamentos y accesorios o en los elementos sanitarios como la ducha.

Ahora bien, si nuestro estilo es rompedor y queremos un baño llamativo, lo mejor es pintar la pared opuesta a la entrada de un color fuerte y equilibrarlo con un tono algo más neutral en las paredes adyacentes. Para darle aún más vitalidad, podemos utilizar objetos con colores fuertes como las toallas, telas o colgadores.

Cuando vamos a pintar la cocina, debemos tener en cuenta que es una estancia especial porque en ella se impregnan multitud de olores, hay humo y además es una parte de nuestro hogar que se ensucia con facilidad. 

Se han puesto de moda los colores fuertes y muy personales, tanto en las paredes como en los muebles. Se emplean bastante los tonos cítricos que, al combinarlos en diferentes planos, ofrecen sensación de profundidad. Si queremos otorgarle personalidad a nuestra cocina, podemos emplear un verde llamativo y un rosa vivo en las paredes y un naranja mango en los muebles. Pero si lo que queremos es darle más claridad, es mejor usar tonos pastel como los lavandas, ocres o rosas más pálidos que, además, ofrecen sensación de frescura. 

Color original que da oscuridad a la estancia
Al repintar la puerta, ésta cobra vitalidad


Al ser el blanco un color que da un toque de limpieza y pureza, algo muy adecuado para las cocinas, es importante que los tonos que utilicemos tengan una buena base de blanco. Conviene recordar que el blanco también nos ofrece amplitud, por lo que al usarlo la cocina se verá más amplia y luminosa.





jueves, 12 de julio de 2012

Decorar con la técnica del Patchwork

Si quieres darle más vida y color a las habitaciones, un buen truco es usar la técnica del patchwork. Este método es muy útil tanto en muebles, como en las paredes o en los textiles, por lo que podrás combinarlo a tu gusto.

Así como estamos acostumbrados al uso del patchwork en la ropa, complementos o las mantas, se nos hace más complicado imaginarlo en muebles o paredes. No te preocupes, ya que es tan sencillo como aplicar la misma técnica solo que en un elemento diferente. 

Sofá realizado con Patchwork.
Podemos utilizar, por ejemplo, trozos de papel pintado de diversos tamaños, texturas, estampados y/o colores para tapizar la superficie tanto de una pared como de un mueble, realizando este tapizado de forma regular o irregular. Con esta técnica a la vez que decoramos reciclamos. Ya que se pueden usar muestrarios de papel de pared o de telas.

Cómo aplicar el patchwork a las paredes

Es como si realizáramos un collage en nuestra pared. Aunque parezca complicado, nada más lejos de la realidad. Tan solo necesitarás diversos papeles pintados que deberás cortar a tu gusto, ya sea del mismo tamaño o de diferentes tamaños. Una opción ideal es hacerte con un catálogo de papeles pintados de los que tienen las casas de decoración, ya que las muestras serán del mismo tamaño y, además, suelen venir repetidas, ofreciéndote la opción de crear un patrón propio. También puedes dirigirte a tiendas de decoración, puesto que en ellas puede que haya retazos o sobrantes de papel pintado que nos pueden ser muy útiles.

Tenemos que tener cuidado con mezclar sin sentido los diferentes papeles. Un sencillo truco para evitarlo es utilizar una combinación de colores adecuados, no más de dos o tres, y decantarnos solo por jugar con el tamaño y los estampados de los mismos.


Aplicarlo en los muebles

Mesilla realizada con papel de periódico y papel pintado.
Aunque podemos utilizar esta técnica donde queramos, un buen lugar para aplicarla es en los tapizados de los sillones o las sillas. Para destacar estos muebles, lo mejor es colocarlos en lugares que estén pintados o decorados con color claro, ya que de esta forma el centro de atención será el colorido del mueble que tengamos decorado con la técnica del patchwork. 

Sillón y puff realizados con telas de diferentes
colores y estampados.


A la hora de aplicarlo en muebles como las mesillas, mesas o cómodas, deberemos usar papeles de diferentes formas y colores. Podemos utilizar desde papel de periódico hasta trozos de papeles pintados, todo aquello que nos guste y le dé un toque original. Eso sí, una vez empapelado el mueble, deberemos darle una buena capa de barniz para protegerlo.





viernes, 6 de julio de 2012

El estilo hippie

La filosofía hippie nació como una forma de vida en los años 60. En la misma los colores llamativos de la psicodelia tomaron gran importancia, así como los símbolos culturales orientales. En poco tiempo, el estilo hippie pasó de la vestimenta a la decoración del hogar. Al igual que ocurriera con los ropajes, en la decoración también están muy presentes las flores, los círculos o los colores estridentes.



Con los años, el movimiento hippie que nació como una filosofía transgresora y contracultural, conocido también como el 'flower power', fue siendo asimilado por la sociedad hasta el punto de que hoy en día la decoración hippie tiene más que ver con la estética que con la filosofía de vida originaria.


En la decoración hippie nos encontramos con la mezcla de tonos alegres y algo de nostalgia por los ambientes pasados, alegres y coloridos.


A diferencia de lo que ocurre en otros estilos, no tienen tanta importancia los muebles como los pequeños detalles (lámparas pequeñas, pufs, colgantes estilo oriental, mantas asiáticas...). Los muebles suelen ser sencillos, reciclados y customizados usando colores llamativos que simbolizan la cultura hippie. Si estos muebles, además, tienen un toque vintage, el efecto es aún mayor.


Al ser la personalización de los muebles una de sus características principales, la clave reside en saber reciclar lo que se tiene, decorando los muebles a nuestro gusto y estilo, dándole siempre un toque único y alegre.


lunes, 2 de julio de 2012

El estilo industrial

Los nuevos espacios que se adaptan para utilizarlos como vivienda (locales comerciales, trasteros, empresas, naves industriales...) han creado también un nuevo estilo decorativo que está muy de moda, el estilo industrial. Es una forma de decorar muy urbana que, además, se adapta también a pisos de pequeño tamaño, lofts o incluso casan antiguas con techos altos.

En este estilo se busca mantener los elementos estructurales originales (columnas metálicas o de madera, tabiques, paredes) e integrarlos a la decoración, ofreciendo así al hogar un toque original y creativo.

Una de las características principales del estilo industrial son su habitaciones diáfanas en las que predominan los colores fríos y que apenas tienen elementos decorativos. Son estancias sobrias y limpias que dan sensación de amplitud.

A la hora de decorar se utilizan elementos muy ligados a la industria así como materiales también procedentes de factorías como el cemento, el metal, el aluminio o el vidrio. La madera, muy común en otros estilos, apenas se emplea y, en caso de utilizarla, se hace siempre lacada y pintada de blanco o negro.

Si tu nuevo hogar tiene un techo alto, el estilo industrial te viene como anillo al dedo, ya que puedes aprovechar los metros de más para construir un altillo en el que colocar una oficina o una habitación.


Aunque dispongas de grandes ventanales, caso de los lofts o naves industriales, evita colocar cortinas muy sobrecargadas que se coman el espacio.


Y si eres un fan de las formas geométricas o un amante del orden u la limpieza, no lo pienses más y decántate por el estilo industrial, ya que las líneas rectas y la escasez de elementos decorativos son sus aspectos primordiales a la hora de decorar.